domingo, 4 de noviembre de 2012

La Ley del Dharma


Dharma proviene de la raíz sánscrita dhri que significa “sostener, mantener, preservar”. La ley del dharma es un conjunto de leyes que mantienen el orden del universo, y que se encuentran registradas en las Escrituras Sagr
adas llamadas dharma-sastras , donde se define en forma precisa cómo debe actuar el ser humano,
Foto: La Ley del Dharma
Dharma proviene de la raíz sánscrita dhri que significa “sostener, mantener, preservar”. La ley del dharma es un conjunto de leyes que mantienen el orden del universo, y que se encuentran registradas en las Escrituras Sagradas llamadas dharma-sastras , donde se define en forma precisa cómo debe actuar el ser humano,

no sólo de acuerdo a su posición social o espiritual, sino también conforme al orden cósmico; ya que hay una estricta correspondencia entre ambos. 

El primer componente de la Ley del Dharma dice que cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse. No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario: somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales. Cada uno de nosotros está aquí para descubrir su yo superior o su yo espiritual. Esa es la primera forma de cumplir la ley del Dharma. Debemos descubrir por nuestra cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad.

El segundo componente de la ley del Dharma es la expresión de nuestro talento único. La ley del Dharma dice que todo ser humano tiene un talento único. Cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera Eso quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta.

El tercer componente de la ley del Dharma es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos y preguntarse: -¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto? Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente esta ley. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia. 

Dharma significa deber ocupacional, es una cualidad inherente e inseparable de la naturaleza. Por ejemplo, el azúcar es dulce, el dharma del azúcar es la dulzura. El chile jalapeño es muy picante. Lo picante es el dharma del jalapeño. Si el jalapeño se vuelve dulce y el azúcar se vuelve picante, es adharma. La naturaleza humana tiene que ser disciplinada, controlada y guiada por reglas y regulaciones, eso es dhármico; de lo contrario, al igual que los ríos cuando crecen, traerán desastres en la vida de los demás y del medio ambiente que le rodea, eso es adhármico. “Adharma” es ausencia de orden, una especie de mal que todo lo distorsiona. Se traduce en ambición, orgullo, envidia, pereza, violencia y apetito por los placeres físicos, entre otros. En resumen, la vida sensual es adharma y la vida espiritual es dharma. Dharma también podría traducirse como “la causa última”, que expresa la razón de ser de un objeto, “la causa última” de su existencia. Dharma define la función de la ley del karma y ha sido establecida por Dios mismo.

LOS CUATRO PILARES DEL DHARMA

a) Misericordia: Rechazo a la violencia y a comer carne.
b) Austeridad: Rechazo a tomar alcohol, drogas y demás intoxicantes.
c) Veracidad: Rechazo los juegos de azar y a las especulaciones.
d) Pureza: Rechazo a la vida sexual ilícita o fuera del matrimonio.

Esta escala de valores es universalmente válida y no depende de ninguna opinión individual. Podemos pensar que lo que hacemos es correcto, y hasta justificarlo intelectualmente impresionando a los demás; sin embargo, si nuestras actividades no están en conformidad con la definición universal de lo que es el bien, recibiremos una reacción negativa. La libertad de pensamiento y acción, tan propagadas en la actualidad, generalmente son malentendidas como una oportunidad de hacer lo que queramos. 

Si bien tenemos un libre albedrío, no dejamos en ningún momento de ser responsables de nuestras acciones. Nada puede estar más lejos de la realidad que el creer que la violación de la ley del dharma puede quedar impune.
No sólo de acuerdo a su posición social o espiritual, sino también conforme al orden cósmico; ya que hay una estricta correspondencia entre ambos. 

El primer componente de la Ley del Dharma dice que cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse. No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario: somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales. Cada uno de nosotros está aquí para descubrir su yo superior o su yo espiritual. Esa es la primera forma de cumplir la ley del Dharma. Debemos descubrir por nuestra cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad.

El segundo componente de la ley del Dharma es la expresión de nuestro talento único. La ley del Dharma dice que todo ser humano tiene un talento único. Cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera Eso quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta.

El tercer componente de la ley del Dharma es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos y preguntarse: -¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto? Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente esta ley. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia. 

Dharma significa deber ocupacional, es una cualidad inherente e inseparable de la naturaleza. Por ejemplo, el azúcar es dulce, el dharma del azúcar es la dulzura. El chile jalapeño es muy picante. Lo picante es el dharma del jalapeño. Si el jalapeño se vuelve dulce y el azúcar se vuelve picante, es adharma. La naturaleza humana tiene que ser disciplinada, controlada y guiada por reglas y regulaciones, eso es dhármico; de lo contrario, al igual que los ríos cuando crecen, traerán desastres en la vida de los demás y del medio ambiente que le rodea, eso es adhármico. “Adharma” es ausencia de orden, una especie de mal que todo lo distorsiona. Se traduce en ambición, orgullo, envidia, pereza, violencia y apetito por los placeres físicos, entre otros. En resumen, la vida sensual es adharma y la vida espiritual es dharma. Dharma también podría traducirse como “la causa última”, que expresa la razón de ser de un objeto, “la causa última” de su existencia. Dharma define la función de la ley del karma y ha sido establecida por Dios mismo.

LOS CUATRO PILARES DEL DHARMA

a) Misericordia: Rechazo a la violencia y a comer carne.
b) Austeridad: Rechazo a tomar alcohol, drogas y demás intoxicantes.
c) Veracidad: Rechazo los juegos de azar y a las especulaciones.
d) Pureza: Rechazo a la vida sexual ilícita o fuera del matrimonio.

Esta escala de valores es universalmente válida y no depende de ninguna opinión individual. Podemos pensar que lo que hacemos es correcto, y hasta justificarlo intelectualmente impresionando a los demás; sin embargo, si nuestras actividades no están en conformidad con la definición universal de lo que es el bien, recibiremos una reacción negativa. La libertad de pensamiento y acción, tan propagadas en la actualidad, generalmente son malentendidas como una oportunidad de hacer lo que queramos. 

Si bien tenemos un libre albedrío, no dejamos en ningún momento de ser responsables de nuestras acciones. Nada puede estar más lejos de la realidad que el creer que la violación de la ley del dharma puede quedar impune.

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