Todos tenemos historias, heridas
y cargas que nos pueden hacer actuar y reaccionar de forma poco sana. Dar una
respuesta agresiva, ofendernos sin motivo aparente o simplemente explotar, se
nos hace muy fácil. Así como también, algunas veces hemos recibido esto de
otras personas. Pero ¿Qué pasa cuando nos hemos convertido en el blanco
favorito de descargas emocionales de otros? Aparte de ser desagradable
deteriora todo tipo de relaciones por lo que tenemos que buscar solución. Para
empezar, debemos visualizar desde cuál rol estamos viviendo nuestra vida, quizá
sea desde el papel de víctima y por ello enviamos señales que captan todas las
personas que nos rodean o que nos topamos cuando están enojadas o de mal humor.
Cabe destacar que estas personas pueden ser desde tus padres hasta tus hijos,
pasando por tu pareja y sin olvidarnos del jefe. Es evidente que debemos renunciar
a ese rol y asumir uno que se llama Adulto Sabio, que involucra el amor propio
y respeto a sí mismo, tanto como a los demás. Por otra parte, es la oportunidad
perfecta para mirar atrás y darnos cuenta de cuántas veces hemos hecho lo mismo
con otras personas, mirarnos en el espejo.