domingo, 14 de julio de 2013

La Perspectiva y La Zona de Confort

Hasta hace poco pensaba que mi vida había sido completamente inestable y voluble, y era algo que no me tenía muy contenta. Recuerdo que estaba cumpliendo un período de prueba en la primera empresa que pisé al salir del Tecnológico, dos o tres días después de que el gerente de zona vino a entrevistarme, recibí otra oferta tentadora que acepté y ahí permanecí un año, luego emprendí un viaje personal por unos meses del que regresé con las pilas puestas a establecer formalmente la empresa que mi papá tenía a puertas cerradas. Al dejárselo listo me mudé con mi mamá a la ciudad de Caracas y en dos años he pasado por dos empresas, en una de ellas aún me mantengo (Esto sin incluir los negocios extra-oficiales exitosos, los que no han funcionado y las vueltas que ha dado mi vida a nivel personal)


Esa frustración me acompañó hasta que inicié mi proceso de rebirthing (respiración consciente o renacimiento) ya que me ayudó a comprender, aceptar e integrar mi vida con cada suceso ocurrido, hayan sido de mi agrado o no; pero hace unos días leí un artículo que hablaba sobre la zona de confort y de cómo un recién jubilado contó que cada año se encargaba de estudiar nuevas posibilidades profesionales. Había cambiado su cargo como presidente de una empresa transnacional de España que le ofrecía lo que todos buscamos, seguridad, estabilidad y comodidad, por  experimentar otro cargo en otra empresa y de menor target. Resumió su vida profesional con éstas palabras: “Aproveché las oportunidades que se me presentaban” Y sólo entonces pude apreciar lo que he venido haciendo, he venido aprovechando las oportunidades que la vida me ha presentado y no me arrepiento, porque en cada una de esas opciones que escogí aguardaban las lecciones que me corresponden para mi evolución tanto a nivel profesional como personal. Esto reafirma que puedo mirar con Amor mis decisiones y sentir confianza en mi guía interna. Muchas veces nuestras decisiones o nuestra propia vida se ve cuestionada y criticada ante los ojos del ego y la sociedad, pero hay decisiones de las que no entiende el ego, mas es cuestión de almas. 

El espíritu le da significado a su vida, y la posibilidad de su más grande desarrollo.” Carl Jung
Es cierto que permanecer en nuestra zona de confort nos brinda seguridad, pero limita nuestra evolución, nuestra capacidad de maximizarnos con todo nuestro potencial y la posibilidad de expansión. La zona de confort puede ser el desayuno de todos los días, el camino que tomamos para ir a la oficina, el restaurante a donde vamos cada vez que decidimos comer fuera, el destino de cada vacación hasta las más delicadas como quedarse en una empresa que no ofrece crecimiento ni nada nuevo que aprender porque “más vale malo conocido que bueno por conocer” o bien mantener su empresa sin innovación en el paso de los años. Hay momentos en que muchos sentimos miedo a lo nuevo, nos cuesta dejar el cálido nido al que ya estamos acostumbrados y del que conocemos cada parte como si formase una extensión de nuestro cuerpo, para abrir nuestras alas y volar por experiencias nuevas que nos permitan desarrollar habilidades desconocidas, conocer nuevos mundos, distintas perspectivas y demostrarnos a nosotros mismos que somos más de lo que creemos.


Hace poco asistí al seminario que Bob Mandel ofreció aquí en Caracas y algo que me dejó mucho fue el ejercicio que nos pidió que hiciéramos desde el inicio de ésta  hasta que acabara el evento. Nos pidió que al regreso de cada break nos sentáramos en un lugar diferente. Y así fuimos apreciando la vida desde distintos lugares, desde distintas perspectivas. Los que en principio nos sentamos adelante, nos movimos para atrás, luego pasamos al medio y a cada uno de los lados. Venciendo nuestro hábito de estancarnos en la comodidad, canalizando los miedos inconscientes a lo nuevo y abriéndonos a distintas formas de ver la vida.

Podemos cambiar nuestra historia cambiando nuestra perspectiva. Así como podemos maximizar nuestro destino.


“Soy Amo de mi Destino y Capitán de mi Alma.” Nelson Mandela


Por: Sanaa Vanessa Saab Saab
Escritora en Desarrollo
@escritora_contemporanea
@Vanessa_Saab