viernes, 2 de noviembre de 2012

CORTAR LOS LAZOS DEL DOLOR


CORTAR LOS LAZOS DEL DOLOR
Cuando no hemos resuelto en armonía los pendientes con nuestros padres, las parejas se transforman en meros reemplazos de ellos y seguimos creando el mismo tipo de relación. Con ellos, o quienes ejercieron el rol materno y paterno en nuestra infancia, fuimos aprendiendo a definirnos. Y lo más probable es que haya alguno o muchos rasgos de sus personalidades que hemos heredado. Especialmente lo que hoy nos molesta tanto de ellos, son sombras que siguen en nosotros. Pero lejos de asumir la responsabilidad de cambiar, gastamos esa energía que nos alcanzaría para transformarnos haciéndolos culpables. Así,  comenzamos a enumerar lo que no nos gusta de nuestros padres o de la pareja.
Debemos entender que es nuestra responsabilidad revisar la herencia energética de nuestros antecesores, manifestada a través de las creencias, estilos de vida o actitudes que hoy se manifiestan tanto en nuestra personalidad como en la forma que nos relacionamos.
corazones_bw
He visto como, en muchas oportunidades, nos vengamos de nuestros padres con las parejas, o los jefes, o los amigos, sin animarnos a dar el paso para cortar la cadena de temor.

Por ejemplo, cuando no nos hemos sentido apoyados por nuestros padres, aunque no haya sido realmente así, sino nuestra percepción, atraemos relaciones que nos siguen desaprobando mientras nosotros seguimos haciendo todo lo posible por agradarles. Este es terreno fértil para las relaciones co-dependientes, una de las energías más corrosivas en las relaciones.
 ¿Qué hacer?
Es importante liberarnos de esa herencia conscientemente para que recobremos la energía del presente en nuestras relaciones. Para eso, podemos ayudarnos con una pequeña ceremonia que simbolice este corte de lazos. Traigamos a nuestra mente la imagen de los padres o las personas con quienes compartimos los primeros años de vida. Reconozcamos lo que no se siente cómodo en nosotros –actitudes, formas de ver la vida o alguna forma de miedo- e identifiquemos de quién recibimos esa herencia. Al “sentir” a los mayores podremos ubicar esa energía en uno de ellos. Devolvámosla, agradeciendo y reconociendo que inconscientemente la habíamos hecho propia, pero que ya no nos  pertenece. Podemos identificarlos con algún objeto, una foto o un papel si fuera necesario. Lo más importante es que experimentemos la partida de esa energía desde nosotros y la devolución a nuestro  ser querido. Finalmente, abracémoslos y sintamos como, de todas maneras, contamos con su amor y aprobación. Y ellos, de nosotros.

Sanar nuestra infancia y nuestro presente


... Y evitar que se repita la historia


Rescatar al niño interior 
por Alice Miller

"No podemos resolver los efectos del maltrato en terapias que eluden los hechos y se limitan al análisis de las realidades psíquicas. Pero podemos liberarnos de las consecuencias si estamos preparados para afrontar emocionalmente la verdad de nuestra infancia, renunciar a la negación de nuestro sufrimiento y desarrollar empatía con el niño que fuimos y entender así las razones de nuestros miedos".


La burla, la desatención, los cachetes, el abuso físico... En mayor o menor medida, todos hemos sido víctimas de la violencia de los adultos cuando éramos niños. Encontrar a alguien que nos escuche con empatía y admitir que sufrimos ese maltrato sin sentirnos culpables permite sanar nuestra infancia y nuestro presente, y evitar que se repita la historia. 
Desde la publicación de mi libro El drama del niño dotado, en 1979, he recibido con regularidad cartas de lectores que me cuentan la historia de su infancia y me formulan muchas preguntas al respecto. A menudo he sentido la necesidad de responder a estos valiosos relatos de vida y he lamentado mucho no poder satisfacer esa necesidad, sobre todo por limitaciones de tiempo.

También deseaba compartir estos testimonios, estos informes de víctimas de abuso infantil, pero esa posibilidad me estaba vedada por el carácter confidencial de esos textos. En 2005 empecé a publicar en mi web (www.alice-miller.com) con permiso de los autores, las cartas de interés general y mis respectivas respuestas. Estas cartas hablan de los sufrimientos, a menudo inimaginables, de personas maltratadas en la infancia que, a pesar de años de terapia, nunca fueron conscientes de ese maltrato. Padecían numerosas enfermedades, se acusaban de la crueldad que tenían que soportar y sólo cuando leyeron mis libros pudieron sentir, con alivio y por primera vez, el sufrimiento de su infancia. Algunas encontraron allí la clave para comprender toda su vida y con ello dejar atrás sus pánicos, depresiones y adicciones.

Estas personas, como es comprensible, se encuentran ante muchas preguntas que hasta ahora habían evitado. Mis respuestas a tales preguntas tratan, en esta nueva situación, de ayudarles a hallar orientación y a personas que, como testigos empáticos y con conocimiento de causa, las asistan en la mejor utilización posible del conocimiento que han adquirido sobre sí mismos.

ACOMPAÑARLOS EN EL PROCESO

Los seres humanos que en su infancia fueron objeto de maltrato encuentran así una tribuna que les permite expresarse libremente y, juntos, buscar la manera de liberarse de las consecuencias de los abusos padecidos. No podemos resolver los efectos del maltrato en terapias que eluden los hechos y se limitan al análisis de las realidades psíquicas. Pero podemos liberarnos de las consecuencias si estamos preparados para afrontar emocionalmente la verdad de nuestra infancia, renunciar a la negación de nuestro sufrimiento y desarrollar empatía con el niño que fuimos y entender así las razones de nuestros miedos.

De esa manera, nos liberamos de los miedos y los sentimientos de culpa con los que cargamos desde la más tierna infancia. Gracias al conocimiento de nuestra historia y nuestros sentimientos, llegamos a conocer a las personas que somos y aprendemos a darnos lo que vitalmente necesitamos pero nunca recibimos de nuestros padres: amor y respeto. Éste es el gran objetivo de la terapia de desvelamiento: las heridas pueden cicatrizar si se les presta atención y se las toma en serio, pero es preciso no negar la existencia de las cicatrices.

Lo que daba por supuesto cuando escribí mis libros posteriores se vio completamente confirmado por las cartas de los lectores: no sólo un grupo reducido de personas tiene el alma herida por vejaciones infantiles, sino la mayoría de la población mundial. Sin embargo, únicamente unas pocas desean tomar conciencia de ello, porque el miedo a la antigua impotencia del niño golpeado impide ese conocimiento. Por eso doy por supuesto que a todos nosotros, con muy pocas excepciones, nos castigaron en la infancia, y en muchos casos muy pronto, como expongo en mi libro Por tu propio bien.

Un niño al que se le ha pegado anticipa el castigo por cualquier expresión de descontento o de malestar. Esta ansiedad puede permanecer inconsciente (porque sus causas nunca fueron desveladas y procesadas), pero operar de modo muy efectivo acompañando a los individuos durante toda la vida y determinando todo su comportamiento.

LA TERAPIA QUE FUNCIONA

Digo que una terapia “desvela” cuando ayuda a los sujetos –con la colaboración de los sentimientos de la vigilia y los sueños– a conocer su dolorosa historia infantil reprimida para que no vuelvan a temer los peligros que les acechaban de verdad durante la infancia y que ahora ya no representan una amenaza. Entonces se acaba para los pacientes la necesidad de temer y repetir inconscientemente lo que les ocurrió en su más tierna infancia, porque ahora conocen la realidad de aquella edad y pueden reaccionar a ella con rabia y con tristeza en presencia del terapeuta como su testigo empático. Dejan de despreciarse, dejan de acusarse y hacerse daño mediante todo tipo de adicciones, porque son capaces de desarrollar empatía con el niño que sufrió gravemente a causa de la conducta de sus padres. Si más tarde en la vida de estos adultos se presentan peligros, estarán mejor preparados para afrontarlos porque comprenderán mejor sus antiguos miedos.

Esta manera de proceder se diferencia de otras formas de tratamiento que implican practicar una nueva conducta o mejorar el bienestar personal (mediante yoga, meditación, pensamiento positivo). En estos casos, se deja de lado el problema de la infancia.

A mi juicio, el miedo a este problema se remonta al miedo de los niños que han sido castigados, al miedo al próximo golpe, si es que se atreven a reconocer la crueldad de sus padres. Y este miedo es tan dominante que mucha gente ha tenido que criarse soportando castigos (psicológicos, pero sobre todo físicos, que aún se consideran inocuos y necesarios) sin posibilidad de defenderse.

DESCUBRIR LA VERDAD

Esto también puede verse en el psicoanálisis, que hasta hoy elude los abusos sufridos en la infancia, cierra los ojos ante ellos. Sus teorías se construyeron sobre la base de este miedo a los padres. Por eso, tanto los pacientes como los analistas permanecen, a veces durante décadas, atrapados en un laberinto de ideas y tienen sentimientos de culpa por haber hecho supuestamente tan difícil a sus padres comprender al niño “problemático” que fueron. A menudo no saben, y tal vez nunca lo descubran, que fueron niños severamente maltratados.

Que un terapeuta haga posible este conocimiento depende de qué sepa de su propia infancia. 
LUZ SOBRE EL MALTRATO - QUÉ SE CONSIDERA MALTRATO

Las humillaciones, palizas en el culo, golpes, bofetadas, traiciones, abusos sexuales, mofas, burlas, desatenciones... todas son formas de maltrato, porque dañan la integridad y dignidad de un niño, aunque sus consecuencias no sean visibles inmediatamente. Como adultos, la mayoría de los niños maltratados sufrirán (y permitirán que otros sufran) por estos daños.

CÓMO AFECTA AL CEREBRO

Casi todos los niños reciben algún cachete durante sus tres primeros años de vida, cuando empiezan a caminar y a tocar objetos que no pueden ser tocados. Esto sucede precisamente en un periodo en que el cerebro humano construye su estructura y, por lo tanto, debería interiorizar amabilidad, sinceridad y amor, pero en ningún caso crueldad y engaño.

UN CÍRCULO VICIOSO

Los niños maltratados asimilan muy rápidamente la violencia que soportaron, y pueden incluso idealizarla y aplicarla después en su función de padres al creer que merecían esos castigos y que fueron golpeados por amor. No saben que la única razón para el maltrato que tuvieron que soportar es que sus propios padres recibieron y aprendieron la violencia sin ser capaces de ponerla en cuestión. Más adelante, los adultos que fueron niños maltratados expresan violencia sobre sus hijos y sienten gratitud hacia unos padres que los maltrataron cuando eran pequeños e indefensos.

PROTEGERSE MEDIANTE EL OLVIDO

Esta inversión de papeles, idolatrar al maltratador y culpar a la víctima, se ve reforzada por un mecanismo de defensa característico: el olvido. El niño que crece en un entorno abusivo tiene prohibido expresarse a sí mismo y expresar su rabia. Como soportar ese dolor a solas es demasiado duro para él, se ve forzado a olvidar sus sentimientos, a reprimir los recuerdos traumáticos y a idealizar a quienes son realmente los autores de esos abusos. Aprenden a no recordar como medida de defensa.

SE ALMACENA EN EL CUERPO

Las experiencias traumáticas que se reprimen encuentran su forma de expresión en el cuerpo. De forma inconsciente, la tensión se acumula y tarde o temprano sale a la luz en forma de angustia, ansiedad y de enfermedades psicosomáticas. El cuerpo del adulto puede manifestar ese episodio de violencia que sufrió de niño y que no ha sido capaz de expresar de manera consciente porque no se atreve a acusar a sus padres.

ENCONTRAR AYUDA

Para superar esta situación, el adulto que fue un niño maltratado debe contar con la escucha empática de una persona que le ayude a tomar conciencia de lo que su cuerpo ya sabe. Una persona que ya haya tenido éxito en recorrer ese camino por sí misma porque ya tuvo la oportunidad de encontrarse con alguien que le ayudara. La persona maltratada tiene que saber que son los demás los que fallaron, y no ella.

UN CAMBIO SOCIAL

El hecho de que socialmente todavía sea tolerado el castigo infantil y la violencia contra los niños, aunque sea en forma de “cachetes disciplinarios” y bajo la excusa de que es “por su bien”, no hace más que perpetuar la rueda de la violencia generación tras generación. El día en que admitamos que cualquier forma de violencia es intolerable y la sociedad deje de amparar a los adultos frente a los niños, se habrá abierto un camino hacia la paz.

por Alice Miller

La mayoría de las obras de Alice Miller han sido editadas en castellano como El drama del niño dotado, El saber proscrito, Por tu propio bien, y El cuerpo nunca miente, donde indaga en la relación entre la enfermedad y los traumas reprimidos.

Lo Que Me Preocupa ¿Es Verdad?


LO QUE ME PREOCUPA, ¿ES VERDAD?
Cuando nos sentimos paralizados por una situación, deberíamos detenernos un momento y describir, escribir, contarnos la historia que tanto nos preocupa.
Si lo hacemos, veremos que está llena de opiniones, prejuicios por lo que nos ha pasado o le pasó a otros, miedo, enojo, pero no encontraremos mucho más para sostener eso que nos preocupa. Al menos, no encontraremos la misma historia que nos hemos venido contando,  la que nos paralizó.
respira_profundo
Esta estrategia nos simplificaría la vida, porque por no escuchar con conciencia lo que nuestra mente nos dicta, le creemos todo. Y como está contaminada de tanto miedo, lo que pensamos es caótico. Y como nuestros pensamientos crean nuestra vida, lo que vemos son problemas, límites, caos y todo lo que nuestro miedo pueda inventarse.

Entonces, cuando llegue una situación angustiante, cerremos los ojos por un momento.
Con los ojos cerrados, hagamos silencio. Escuchemos lo que nos preocupa.
Cuando lo escuchemos, démosle la bienvenida a las emociones que traigan.
Cuando lleguen esas emociones, respiremos profundo, varias veces.
Y volvamos a abrir los ojos… para ver que lo que nos preocupaba ya no es tan grande.
Así,  podremos comenzar a distinguir la verdad de la ilusión.

LA RELACIÓN ENTRE LA CUÁNTICA Y LA CONCIENCIA


LA RELACIÓN ENTRE CUÁNTICA Y CONCIENCIA
Para establecer la relación entre estos dos elementos ya de por sí bastante densos, lo primero que debemos hacer es intentar, si no definir, al menos sí saber a qué nos referimos cuando hablamos de esos dos temas.

Cuando hablamos de física cuántica, nos estamos refiriendo a la rama de la física que se dedica al estudio de los componentes más pequeños de la materia, las llamadas micropartículas. Los componentes más pequeños que existen, aun menores que los átomos y que son los que forman esa estructura que llamamos átomo y que durante mucho tiempo se creyó que era el componente más pequeño de la materia. Se les dio el nombre de micro partículas, porque siempre se pensó, que en lo más hondo, en lo más profundo de los componentes de la materia, se encontraría una pequeñísima, infinitesimalmente pequeña parte material, una especie de diminuta canica, indivisible pero con claras características materiales, es decir, una micro partícula. Esto no ha resultado ser cierto. Los descubrimientos físicos han llevado a la paradoja de que la materia no está formada por nada material. Todos sus componentes iniciales que conforman la materia son ondas inasibles de energía, no localizadas exactamente en ninguna parte y que funcionan más parecidas a ondas probabilísticas o a estados de información. Nada sólido.
cosmos-cuantica
Por otra parte lo que denominamos conciencia, que tampoco es material ni sólida, es mucho más difícil de describir. Todos experimentamos la sensación de nuestra conciencia personal, si vemos algo, por ejemplo, no son los ojos los que ven, “soy yo” viendo a través de mis ojos. Esa “sensación” de “yo”, ese saber que existo, que estoy, que siento y que no soy otro; eso y mucho más es la conciencia. Nuestros pensamientos, emociones y percepciones implican una entidad que piensa, siente y percibe, esa entidad sería la conciencia.
Dentro de las leyes del universo cuántico, las leyes que rigen los componentes de lo más pequeño de la materia, que como ya hemos dicho, son componentes paradógicamente no materiales, existe una condición extraña y que genera un fuerte desafío a nuestro sentido común. Condición que lleva a la ruptura de paradigmas sólidos y en los cuales siempre hemos creído. Esta condición o ley cuántica se denomina SUPERPOSICIÓN CUÁNTICA. ¿Qué es la superposición cuántica? Es una característica que es inherente a todo lo que existe en nuestro universo y que consiste en que nada existe de manera definida, clara o precisa. Todo lo que existe se encuentra en un estado de probabilidad de existir y además de existir de diversas maneras. Parece mística o magia, pero no lo es, es ciencia cuántica pura. Lo que nos parece más sólido y real, solo lo es  cuando una Conciencia entra en contacto con el Sistema y genera que se produzca un colapso de onda, lo cual le da las características de existencia a nivel de materia que habitualmente  percibimosEs la unión de la conciencia perceptora con el estado nebuloso de superposición cuántico, lo que genera que se produzca lo que llamamos realidad.
Pero existe una nueva complicación en todo esto, cuando decimos que el estado de superposición cuántico es una característica o ley que es inherente a todo lo que existe en el universo, estamos diciendo que también nuestros cerebros se encuentran en ese estado de superposición cuántico indefinido, insustancial, nebuloso. ¿Cómo puede, de ese montón de carne sin existencia material precisa, surgir la conciencia que a su vez produce el colapso de onda que genera la llamada realidad?
fisica-cuantica
Nadie tiene una respuesta para esto. Sin embargo, se hace casi inexorable afirmar que existe una Conciencia Absoluta que permea y sirve de sustrato a todo el universo y que es esa  Conciencia Absoluta que auto observando las infinitas posibilidades que tiene de manifestarse, observa un universo, nuestro universo, donde seres con una condición particular de tener conciencia (a su imagen y semejanza) existen y son co-creadores de ese universo donde existen. Nuestra diminuta conciencia no sería entonces sino un destello ínfimo de la Conciencia Absoluta que le da origen, semejante en condición, pero infinitamente lejana en intensidad o tamaño. Conciencia diminuta, pero que como la ola no es otra cosa que una manifestación del océano.
En última instancia, lo único que existiría es la Conciencia Absoluta, la cual puede manifestarse de infinitas maneras, una de ellas es nuestro universo y nosotros mismos dentro de él. Somos, como todo lo que existe, emanación o manifestación de esa Conciencia Única y el proceso de evolución no es otra cosa que el camino de regreso a unirnos o fundirnos con lo que siempre hemos sido y no podemos dejar de ser sepámoslo o no, el retorno a nuestra verdadera realidad, la Conciencia Absoluta o Conciencia Universal. Es la ola tomando conciencia que es manifestación a la vez que unidad indisoluble del océano todo. 

SOMOS INOCENTES


SOMOS INOCENTES
En mis consultas y en la vida cotidiana me encuentro con personas que dan muchas explicaciones sobre las conductas de los demás señalándoles como los culpables de sus desdichas. Incluso justificando sus conductas de depresión, ira, y denánimo porque "el otro no me hace feliz".
Y yo les pregunto tras tantas explicaciones, ¿De qué te sientes culpable, por qué? Cuando apuntamos tanto a los demás es porque nos cuesta mirarnos a nosotros, y admitir que en el fondo no me perdono a mí mismo porque no sé salir de una relación tóxica, porque no sé valorarme como persona, porque creo que me falta fuerza para ir tras mis sueños, etc. Entonces proyecto en los demás la rabia que en realidad siento hacia mí.
¿Pero cómo es esto posible? Se estarán preguntando. ¿Cómo, si él otro realmente me hace la vida a cuadritos? La vida es como un gran salón de baile, eliges con quien pasar la velada, cómo, a qué hora, con quien bailar, y si te sacaron a bailar tú aceptaste hacerlo. Elegir es una gran posibilidad humana,pero en el fondo nos da miedo hacerlo y nos da rabia no haber tenido la madurez para elegir otra cosa, así como no tener el valor para decidir nuevamente. Puede que nos de ira recomenzar, soltar el control, dejar de cambiar el otro y cambiar yo, nuestras elecciones tienen consecuencias. Así que asumir nuestra responsabilidad sigue siendo la clave para resolver lo que creemos no tiene solución. Abrir los ojos, darnos cuenta de por qué estamos donde estamos y para qué nos sirve es el comienzo de la transformación.
somos-inocentesSin embargo luego que nos damos cuenta y admitimos que nos sentimos culpables, el otro paso es recobrar nuestra inocencia. Somos inocentes. Aprendimos conductas de nuestros padres y ellos de los suyos. Toda aparente equivocación nos trae lecciones. Al asumir esto, liberamos una pesada carga que llevamos a cuestas. Hemos creído que siempre podíamos tomar una elección mejor y eso ha hecho que despreciemos la vida que tenemos. Lo vivido ya fue vivido y nos trajo hasta aquí. Estar molestos con el pasado no sirve de mucho. Es más liberador honrar nuestra historia, entender que estamos sostenidos por nuestro Ser, por nuestra luz, pero que nuestra sombra también pertenece. No admitirlo no nos hace santos ni mejores. Ahora que ya estás consciente de que tus conductas y elecciones tienen consecuencias, mira desde dónde estás actuando, lo haces en armonía divina (¿sin ocasionarte daño a ti o a terceros, en respeto por la conexión con la vida?). Recuerda aquel maravilloso mandamiento, Ama a los otros tanto como que a ti mismo.... (no dice más que a ti mismo). Tienes todos los días la oportunidad de hacerlo distinto, de recomenzar, tu historia te ha hecho ser la maravillosa persona que ya eres. Eres inocente, basta ya de culparte, vive tu presente conectado a la vida, recordando tus dones.

FUENTE: inspirulina

LOS 4 ACUERDOS

    Por Sanaa Vanessa Saab

Este es el mensaje del libro del Dr. Miguel Ruiz "El Acuerdo" el cual se basa en la filosofía tolteca, quienes aseguran que si los aplicamos y los hacemos parte de nuestras vidas, lograremos una existencia más feliz, menos complicada. Estos son:

1.- Sé impecable con la palabra:
Implica hablar solo lo que quieras decir, sólo lo necesario. Recomienda no hablar de ti ni chismosear sobre otros. Utiliza tus palabras para avanzar en dirección de la verdad y el amor. "Toda la magia que posees se basa en tus palabras. Son pura magia y si las utilizas mal, se convertirán en magia negra. Con una sola palabra puedes cambiar una vida o destruir a millones de personas. Se impecable con tus palabras y trasciende tu nivel de existencia 

2.- No tomes nada en forma personal:
"Lo que los demás dicen y hacen es una proyección de su propia realidad, de su propio sueño. NADA de lo que hacen es por ti. Cuando seas inmune a las opiniones y los actos de los demás, dejarás de ser la víctima de un sufrimiento innecesario. La impecabilidad de tus palabras te llevara a la libertad personal, al éxito y a la abundancia"

3.- No adivines ni supongas:
"Encuentra la valentía necesaria para preguntar y expresar lo que realmente quieres. Comunícate con los demás tan claramente como puedas a fin de evitar malos entendidos, tristeza y dramas. Solo con este acuerdo transformaras tu vida por completo, el día que no haga suposiciones, te comunicaras con habilidad y claridad y tus palabras se volverán impecables"

4.- Haz siempre lo máximo que puedas:
"Lo máximo que puedas hacer cambiará de un momento a otro. Será distinto cuando estés sano que cuando estés enfermo. Bajo cualquier circunstancia, haz sencillamente lo máximo que puedas, y de este modo evitaras juzgarte, maltratarte y lamentarte"

El segundo y cuarto mandamiento tolteca me han sido fáciles de aplicar, de hecho, considero que los llevo conmigo desde hace tiempo -por lo menos siempre lo procuré- y realmente me siento muy bien con ello. El primero y el tercero estoy aprendiendo a hacerlos parte de mi vida. No es algo que se logra de la noche a la mañana pero practicándolos diariamente estoy segura de que se obtienen los resultados esperados más pronto que tarde. Y es que es gratificante cada vez que logras aplicarlos cuando la vida te presenta la oportunidad de probarte. Este sentimiento nos acerca más a la meta.

Yo decidí acordar con la vida para lograr mi bienestar ¿Y tú? ¿Decides quedarte como estás o vas por el cambio?