martes, 6 de noviembre de 2012

¿Cómo escucho lo que mi alma me dice?


¿CÓMO ESCUCHAMOS AL ALMA?
¿Cómo escucho lo que mi alma me dice? Esta es una pregunta que nos hacemos mientras vamos descubriendo que hay otra parte de nosotros en la que podemos confiar, pero no sabemos cómo conectarnos con ella.

He experimentado que el alma siempre esta hablándonos, pero somos nosotros los que no la escuchamos.  A veces, porque esperamos que nos hable como una voz humana que se escuche en nuestra mente.  Otras, porque simplemente no estamos dispuestos a escucharla.
Pero aquí les comparto cuatro maneras a través de las cuales pude descubrir cómo el alma se comunica con nosotros.

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Al principio, el espíritu usa nuestras emociones. En nuestra mente estamos tan contaminados por pensamientos del ego que no podemos distinguir lo que el alma quiere decirnos. Es por eso que su presencia se hace saber cuando estamos en paz, cuando sentimos bienestar. Para eso, pongamos atención a lo que sentimos y si estamos en paz ante una situación, con una persona o alguna idea, es el alma confirmando que ese es el pensamiento, la persona o la situación más amorosa para nosotros en ese momento. Si experimentamos paz, el alma está diciendo sí… adelante. Cuando no experimentamos paz interior, es el aviso que lo que nos espera es una experiencia de caos.


Hay un segundo nivel de comunicación y se da cuando el alma nos habla a través de otras personas. Allí donde hayamos depositado la fe, allí nos hablará: un amigo, un libro o la palabra de un guía espiritual. Pero también puede hablarnos desde un cartel en el medio de la calle, un mensaje en la radio, un artículo como este o una canción.

Luego, cuando crece la confianza,  se manifiesta directamente en nuestra mente. Nos habla a través de las ideas. Cuando lo pedimos, aparece el pensamiento en el que confiaremos. Sin ninguna duda, con fe absoluta.

Y finalmente nos entregamos a la sabiduría del alma. Lo convocamos y actuamos sin ningún filtro de intermediarios o razonamiento. No necesitamos pensar. Le pedimos que obre en nosotros y hablamos, hacemos o actuamos con entrega y devoción.
Así es como el alma va pasando del lugar “espiritual” en que la ponemos, a hacerse nuestra amiga y finalmente ser conscientes de que somos uno con ella. 

Fuente: www.inspirulina.com

APRENDE A ESCUCHAR


ESCUCHA CON MENTE ABIERTA
Cuando te detienes y verdaderamente escuchas, descubres que escuchar no tiene nada que ver con la función física de oír sino con la habilidad de estar presente. Si estás presente es que has establecido consciente o inconscientemente la conexión con tu Guía Interior y entonces podrás escuchar de corazón.

Saber escuchar requiere primero llevar la atención a tu centro interno el cual vibra en el amor y la compasión. Si liberas los pensamientos de juicios, condenas y creencias pasadas, también se irá la necesidad de tener que defender o justificar tu punto de vista. Escuchar con la mente abierta te permitirá de nuevo confiar y fluir.

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Por el contrario, cuando dejas que la mente se enfoque en opiniones que condenan lo que ocurre a tu alrededor, entras en lo que comúnmente se llama la mentalidad ego, una manera de pensar conflictiva, egoísta o temerosa. Si la mente está centrada en ideas limitantes se cierra, se defiende y reacciona automáticamente ante cualquier pensamiento nuevo que amenace su sistema de creencias, puesto que éste representa su zona segura, conocida o de comodidad.


Vivir desde esta perspectiva temerosa te hace imposible escuchar de verdad, cuando tienes miedo lo único que haces es interpretar todo lo que escuchas y lo que te ocurre bajo el velo y los parámetros de esas creencias limitantes. Esta actividad intelectual te bloquea y te previene de ver nuevas opciones, no puedes operar tranquilamente y al final te quedas con una versión falsa de la realidad.

Entrar en el fluir de la vida se hace más fácil, si mientras escuchas tomas la decisión de disponer tu mente a la guía de tu Maestro Interior. Desde esta perspectiva comprenderás la información que recibes y la interpretarás con una mentalidad amorosa y sabia. Tu respuesta ante las situaciones será por lo tanto, compasiva, desapegada y asertiva.

En cambio si cuando estás «escuchando» dejas que tu mente se enfoque en pensamientos de ira, temor o ansiedad, la respuesta lógica que darás será defensiva, controladora e incoherente. Al no comprender las cosas las juzgas y resultas sintiéndote culpable o castigando a los otros bien sea con tus palabras o con tu silencio. Las decisiones que tomes en este estado te generarán más miedo e inseguridad.

Cierras tu mente porque tienes temor acerca de lo que puede ocurrir si la abres. Como temes ser herido si escuchas algo que no te guste, entonces intentas cambiar las cosas para que sean como tú deseas y no como realmente son. Crees que tu modo es el correcto o el mejor frente a otro que puedas encontrar. Al mantenerte fijo en tu punto de vista comienzas a tomar roles controladores y conflictivos. Esta actitud es un mecanismo de defensa. Erróneamente crees que posicionándote en tus creencias temerosas ellas te mantendrán a salvo cuando en realidad esta postura sólo te limita, obstruye tu alegre fluir en la vida, así como la verdadera comunicación contigo y tu entorno.

Si quieres vivir libre y en armonía, en algún momento debes decidir acerca de ¿qué es lo que realmente quieres para ti? Estar en paz o tener la razón. Si quieres vivir en paz debes recordar que la función de los demás no es satisfacerte, debes permitirles ser tal y como son, dejar de controlarlos, así como liberarlos de las expectativas y roles que les has asignado. Necesitas dejar de creer que vives en una batalla, en donde siempre tienes ganar, recibir aprobación, tener la razón o salirte con la tuya para sentirte a salvo o apreciado.

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Al soltar tu apego acerca de que una relación tendría que ser como tu crees, dejas ir la necesidad de forzarte a ti o a los otros a encajar en un molde. Esta nueva actitud de verdadera comprensión y libertad deshace el conflicto anterior posibilitando tu bienestar así como el del otro. Como consecuencia la relación sana, y ésta bien se regenera y transforma o se deshace y libera. Al sanar puedes dejar ir lo que no es saludable para ti. Reconoces cuando no tiene sentido mantenerse más en una relación, porque cumplió su propósito o porque representa un círculo vicioso con el que ya no te identificas.


En cualquier caso en el que se presente la sanación te sentirás en paz porque estás actuando desde tu Maestro de sabiduría y habrás previamente liberado los apegos a la relación y las expectativas con respecto a ti mismo y al otro. Es entonces cuando puedes evolucionar hacia un estado de mayor realización interna y manifestarlo externamente en tu vida.

Hoy accede a tu verdadera esencia y pide a tu Guía Interior que te de luz, claridad y confianza para que tu mente se abra y puedas escuchar desde tu corazón. Dentro de ti vive un ser de infinito amor y sabiduría, tú no eres una víctima, eres mucho más que un cuerpo y un puñado de pensamientos y emociones.

Hoy suelta los puntos de vista limitantes que previamente estableciste y no dejes que tu mente se distraiga repasando historias de quejas, críticas o culpas puesto que dejarás de escuchar verdaderamente y de estar en el presente.

Hoy permite que tu Ser sea quien te guíe y te muestre el propósito de las cosas.
Cuando el temor se vaya, todo lo que el mundo te ofrece se convertirá en un verdadero regalo y en una bendición, puesto que lo interpretarás correctamente y con amor.
En ti está el poder divino. Aquí en el ahora.

¡La decisión de tomarlo está en tus manos! Abre tu mente.

¿ESTÁS PREPARADO PARA TRIUNFAR?


Por MAYTTE
Esta semana quiero compartir con ustedes la siguiente historia...

"Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Tras un largo viaje hasta el paraje donde aquel maestro vivía, el hombre,
finalmente, pudo dar con él: Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado. Todo me sale mal y no sé qué hacer para salir adelante'. El sabio le contestó: 'Puedo ayudarte con esto. ¿Sabes remar?'.

"Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el maestro le acompañó hasta un lago. Juntos subieron a un bote y el sabio le dijo al hombre que remase hasta el centro del lago. '¿Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida?', dijo el hombre, advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones. Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo: 'Acerca tu cara al agua y dime qué ves'. El hombre se asomó por encima del pequeño bote y, tratando de no perder el equilibrio, acercó su rostro todo lo que pudo'.

"De repente, el anciano le empujó y cayó al agua. Al intentar salir, el anciano le sujetó impidiendo que subiera a la superficie.
Desesperado, el joven manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua. Cuando estaba casi ahogado, el sabio lo soltó y le permitió subir. Una vez en el bote, entre toses y ahogos, el hombre gritó.

'¿Está usted loco? ¿No se da cuenta, casi me ahoga?'. Con el rostro tranquilo, el maestro le preguntó: 'Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?'. '¡Respirar, por supuesto!'. ''Bien, pues cuando luches para salir adelante con la misma vehemencia con la que luchabas por respirar, entonces estarás preparado para triunfar'".

A veces las situaciones difíciles traen bendiciones escondidas y si estamos dispuestos a buscarlas y a reconocerlas, podremos solucionar rápidamente la situación y aprender algo de ella. No seas pasivo y no permitas que el temor y la falta de confianza en ti mismo te coloquen en la situación de esperar y contribuir con tu actitud y comportamiento equivocados a que se agrave la situación. Sigue adelante, decide cambiar el rumbo de tu vida, envuélvete en nuevas aventuras sabiendo de antemano que vas a triunfar y si las cosas no salen como esperabas, habrás aprendido una nueva manera de ser más exitoso y asertivo. Recuerda que eres un ser espiritual y viniste aquí a trascender, a triunfar y a crecer, atrévete a ir por tus metas y cuando las consigas, disfruta de tu éxito. ¡Puedes salir adelante y convertir cada experiencia negativa en una maravillosa oportunidad!

Fuente: http://www.estampas.com/cuerpo-y-mente/mente-y-espiritu/120902/estas-preparado-para-triunfar

SI ME GUSTA MI TRABAJO, ¿POR QUÉ ME SIENTO MAL?


Recientemente recibí un correo de Eli Bravo con un link que me remitía a un articulo que hablaba del burnout. Debo confesar que el término resultó ser desconocido para mí. Al indagar en el tema conseguí que se trata de un conjunto de manifestaciones tanto físicas como psicológicas englobadas dentro de una entidad llamada Síndrome de Desgaste Laboral.

No es un término nuevo, comenzó a nombrarse en la década del sesenta en el siglo pasado pero, no fue sino hasta el año 1974, cuando el psicólogo Herbert Freudenberger, a través de un estudio de campo, comenzó a desarrollar el término. Su objetivo era describir aquellos estados físicos y psicológicos que experimentaban ciertos profesionales sometidos a largos periodos de trabajo, que implicaba trato con personas, con una alta carga y exigencia emocional.


Según Freudenberger este síndrome involucraría «(...) deterioro y cansancio excesivo progresivo unido a una reducción drástica de energía (...) acompañado a menudo de una pérdida de motivación (...) que a lo largo del tiempo afecta las actitudes, modales y el comportamiento general».

La psicóloga social Cristina Maslach lo define como un síndrome tridimensional en el que hay que analizar tres constructos: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. Muchas veces está asociado al estrés que produce el exceso de trabajo y la sensación de ingratitud ante un esfuerzo continuo no recompensado.

Ahora bien, si me gusta mi trabajo ¿por qué me siento mal?
El síndrome de desgaste laboral se da ante un desfasaje entre las metas autopropuestas y la realidad. Si esta situación se mantiene en el tiempo comienza a producir frustración en el individuo y da origen a una serie de síntomas que afectan la esfera emocional, corporal y conductual del individuo.

¿Cómo sospechar si lo padecemos?
burnout
Debemos identificar los siguientes síntomas:

  • En el plano corporal: palpitaciones, taquicardia, cambios en la tensión arterial, contracturas musculares, dolores de cabeza frecuente, inapetencia, disminución del apetito sexual, trastornos en el sueño, entre otros.
  • En el plano emocional: actitud cínica, aburrimiento, indiferencia, trastornos de concentración, depresión.
  • En el plano conductual: abuso de drogas, actitud violenta, aislamiento.
Lo primero que hay que hacer es reconocer los síntomas y aceptarlos. La licenciada en psicología Mirta Dall´Ochio plantea que debemos hacernos las siguientes preguntas:
  • ¿Tomo el trabajo como centro de mi vida?
  • ¿Me siento agotado al final del día?
  • ¿Valoro mis actividades recreativas?
  • ¿Los valores de la empresa coinciden con los míos?
  • ¿Me siento reconocido?
  • ¿Me respeto en los descansos correspondientes?
Si luego de autoevaluarse llega a la conclusión de que padece de burnout, es hora de poner en marcha un cambio en su vida. Redimensionar sus metas de tal manera que armonicen mejor con la realidad es un buen comienzo. Considere que el trabajo es importante, mas no el único o el más importante rol de su vida. Si no logra por sí solo algún cambio satisfactorio, busque la ayuda de un profesional especialista en el manejo de la ansiedad y el estrés patológico.

Fuente: http://www.inspirulina.com/si-me-gusta-mi-trabajo-por-que-me-siento-mal.html

VOLVER A LA AMISTAD


por MAYTTE
Muchas veces, sin darnos cuenta, nos vamos volviendo interesados, materialistas e infelices por causa de la pérdida del calor humano. El amor incondicional motiva la solidaridad, la amistad y la familiaridad. A través de él encontramos la fortaleza para vencer nuestros temores y debilidades para levantarnos y continuar trabajando por el bien común.

Por esto, la amistad se convierte en  una de las relaciones más cálidas e importantes que podemos llegar a experimentar. Cuando es verdadera; es decir, alimentada con amor incondicional y deseos puros, buenos y desinteresados, puede durarnos toda la vida. Inclusive puede llegar a resistir mudanzas, cambios, distancias, desacuerdos y silencios largos, pues lo único que necesitamos como amigos para retomar la amistad es una disculpa sincera, la expresión de afecto y la importancia que tiene para nosotros la relación que mantenemos y ya... como por arte de magia y del cariño verdadero, todo vuelve a estar como al principio.

Hay personas que cuando necesitan la ayuda o el favor de un amigo no dudan en contactarle, aun cuando ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se comunicaron. Si el otro es un amigo verdadero, inmediatamente le responderá y si no lo hace, en lugar de recriminarle, deberían reflexionar y hacer algunos cambios en la dinámica que mantienen con los demás, para favorecer el contacto y la relación.

Ciertamente hoy en día se ha vuelto más complicado reunirnos para compartir, pero aún quedan todos los medios tecnológicos que nos facilitan el contacto.

Uno de los eventos más gratificantes es el reencuentro con los amigos, para divertirnos, escucharnos, recordar, reír juntos o apoyarnos si fuese necesario y para acompañarnos a vivir de tanto en tanto.

Por eso, te sugiero que si tienes un amigo que siempre busca reunirlos o está pendiente de ti, le respondas con gratitud aunque solo sea una pequeña frase cariñosa, para que no se canse de hacerlo y para que el cariño se mantenga entre los dos.

Tres claves que pueden ayudarte a mantener la amistad
Toma la iniciativa. En lugar de esperar a que el amigo de siempre los llame y trate de reunirlos... toma tú la iniciativa y anima a los demás a hacerlo de vez en cuando.

Elabora una lista especial. Escribe los nombres, teléfonos y correos electrónicos de todas tus personas queridas, incluyendo sus fechas de cumpleaños o aniversarios cuando son una pareja y comunícate con ellos al menos un par de veces al año.

Muéstrate incondicional. Si te llaman aún sin haberlo hecho por un largo tiempo, en lugar de quejarte o reclamarles, salúdalos con cariño y muéstrate dispuesto a compartir o a apoyarlos. Los que te contestan de esta manera son tus verdaderos amigos, los que te aceptan y te quieren de verdad.

Fuente: http://www.estampas.com/cuerpo-y-mente/mente-y-espiritu/121028/volver-a-la-amistad

ESTE MES NO OLVIDES:


Por MAYTTE 

1. Ser optimista
Todas las mañanas, párate frente al espejo del baño, mírate fijamente a los ojos y repítete: "Hoy será el mejor día de mi vida". Convéncete de que la vida te sorprenderá, cambia la expresión de tu cara, dibuja en ella una sonrisa amplia, trata de conservarla todo el día.


2. Hacerte un cambio de imagen
Córtate el cabello, cámbiale el color, ponte una camisa diferente, cambia de perfume, inicia un régimen alimentario, ve al gimnasio y sonríe. Reconoce todas las cosas positivas que también te suceden y aprende a valorarlas. Disfrútalas y apóyate en ellas para salir a la superficie de tu vida cuando te sientas desanimado y pesimista.



3. Evitar sentirse víctima de las circunstancias
Recuerda que tú eres el arquitecto de tu destino y que depende de tu conciencia, responsabilidad y elecciones la posibilidad de cambiar y mejorar tu estilo de vida. Haz algo concreto para salir del cansancio que te agobia y que borra la sonrisa de tu cara, que agacha tus hombros, dobla tu espalda y te aumenta unos años.



4. Practicar el perdón
Una vez más te recuerdo que practicar el perdón de forma consciente y desde el amor, te dará la liberación del peso de la carga emocional que has llevado durante tanto tiempo. Anímate a hacerlo, con voluntad y con el deseo de poner todos tus asuntos afectivos en orden y en paz.



5. Aligerar tu equipaje
Deshazte de las creencias negativas que te limitan y de las actividades que no te gustan. Olvídate de estudiar contaduría si no eres bueno para los números. Todos tenemos un don, encuéntralo y dedícate a compartirlo. Cambia tu manera de interpretar la vida, abre tu mente, atrévete a ir más allá, aprende, practica y disfruta de la aventura de cada día



6. Dejar de preocuparte
Comienza por hacer una lista con todos tus asuntos pendientes. Afrontarlos y resolverlos uno a uno hará que te liberes de la preocupación por no haberlos terminado o por las consecuencias que esto traerá para ti. Recuerda no asumir más compromisos de los que en realidad puedes cumplir, para no sentirte preocupado y tenso la mayor parte del tiempo. Asume la gerencia de tu vida.

Fuente: http://www.estampas.com/cuerpo-y-mente/mente-y-espiritu/121104/este-mes-no-olvides

DOMANDO LA PEQUEÑA AMBULANCIA QUE LLEVAMOS DENTRO


DOMANDO LA PEQUEÑA AMBULANCIA QUE LLEVAMOS DENTRO
Desde pequeñita vi a gente servicial a mi alrededor. Mi mamá era una ambulancia en el mejor sentido de la palabra, siempre estaba socorriendo a alguien en necesidad, tanto familiar como desconocida. Se tomaba a pecho el ser enfermera, además era presidenta del club de fans de la difunta Florence Nightingale. No, no era una cantante de rock o de hip hop, fue una dama británica precursora de la enfermería que usaba capa y cofia... una suerte de súper heroína de esas de la Legión de la Justicia. Mi madre era más buena que el pan, y podía compartir lo suyo con quien lo necesitara. Como casi me críe en la residencia médica (los dormitorios) del Hospital Vargas de Caracas, desde temprano en mi vida conocí a mucha gente buena que siempre estaba en onda de ayudar en el sufrimiento de otros. Así que servir y apoyar es algo fluye naturalmente en mi ADN.
Eso me ha causado situaciones a veces conflictivas conmigo misma por no saber establecer límites ni saber decir simplemente NO. Me he encontrado en reuniones de multiniveles (desde ventas de enciclopedias hasta cosméticos pasando por productos para adelgazar), religiosas, políticas, festivas, de amistad, de corazón... por no saber cómo decir que no estoy interesada, por ayudar genuinamente o simplemente por no herir susceptibilidades.
ambulancia
También por ser considerada he podido meter la pata hasta la rodilla y luego tener que esconderme para no pasar vergüenza. Ejemplos me sobran: ¿quieren algunos pocos? En mi regreso de Montevideo a Caracas vi a una pareja que me parecía de "edad dorada" que me conmovió. Estaban esperando detrás de mí en la fila para abordar el avión. La aeromoza dijo que las personas mayores o con dificultad de movilización podían pasar a una fila más corta. ¿Qué hice yo? Pues les invité a pasar primero. Consiguientemente los pasaron casi empujados. Se veían molestos por mi sugerencia de "ayudar". Luego supe que no eran de esa edad y hasta creo que la doña estaba ofendida por mi falsa percepción. ¿Qué necesidad tenía yo de hablar? En ese mismo vuelo otro señor, del mismo rango de edad, se sentó a mi lado. Normalmente no doy chance a establecer una conversación porque el sonido de las turbinas del avión me narcotiza, pero me agarró de imprevisto... se le cayeron los anteojos y yo fui a recogerlos. ¿Quién me lo pidió? Nadie. En pago por la buena acción.... me evangelizó por cinco horas y media del vuelo. No pude decir ni pío, no paró de hablar. Creo que ahora puedo ir al cielo con vestidito y zapaticos blancos. En otra ocasión, tuve un encuentro cercano con una persona invidente: traté de ayudarlo a cruzar la calle porque lo sentí perdido en medio del tráfico caraqueño. Casi me agarró a bastonazos porque lo había sacado de su mapa de coordenadas sin preguntarle, le trastorné su GPS natural. Otra vez en un supermercado una señora estaba tratando de sacar/cargar sus víveres y se me ocurrió agarrarle las bolsas por cortesía (¿qué estaba yo pensando?) y la dama pensó que la quería robar, bueh!... la gente anda medio paranoica con el tema de la seguridad en mi país. ¿Anécdotas familiares y las de corazón? Me las voy a ahorrar, no terminaría esta entrada.

Ayudar porque nos sale espontáneamente o porque lo sintamos deber no es siempre bien recibido. Hay que domar a la pequeña ambulancia que llevamos por dentro.
¿Flores para las ambulancias?
Centaury para establecer límites en relación al servicio, de manera de no someternos o relegar nuestros intereses por los de los demás.
Oak para darle la justa medida al sentido del deber y de la responsabilidad, respetando nuestras necesidades personales.
Red Chestnut para ocuparnos en lugar de preocuparnos, cuidaremos sin ansiedad a quienes amamos.
Ser ambulancias puede generarnos escenarios incómodos, bien porque no podemos decir que no fácilmente o porque nos excedemos sin necesidad. Es buena idea pensar antes de actuar o de querer ayudar... a lo mejor el otro no quiere ser ayudado. Todo en su justa medida.

Fuente: http://www.inspirulina.com/domando-la-pequena-ambulancia.html

¿PODEMOS CONECTARNOS EN PROFUNDIDAD CON LA NUEVA PAREJA SIN SANAR VÍNCULOS CON LAS ANTEIORES?

Por Sanaa Vanessa Saab

No me gustan las frases del tipo: "Te mereces algo mejor" o "Sólo permanece lo que en verdad vale la pena" Siendo así, si tu llegaras a tomar la decisión de terminar con una relación ¿No vales? ¿No eres lo suficientemente buen@ para ese otro? ¿Quienes somos nosotros para determinar quién es bueno y quién es malo; quién es mejor y peor? ¿Quienes somos nosotros para juzgar si alguien vale o no la pena? Hablar de esta manera solo refleja rabia y resentimiento.


Para empezar, nadie es bueno ni malo en su totalidad. Todos tenemos luz y sombra. Segundo, "Vale la pena" es una expresión que manejamos libremente sin saber el significado real. Y es que esa frase implica sacrificio, dolor y esclavitud que estamos dispuestos a soportar por "algo" a cambio. Y yo desde hace poco dejé de compartir esa filosofía de Amor con Sufrimiento. Como dice Coelho, para disfrutar del arco-iris debemos aprender a bailar bajo la lluvia: ¿Dónde habla de tormentas, rayos y centellas... De maltratos, ofensas, falta de respeto a la personalidad, a los pensamientos y sentimientos; de la opresión...? De ahí que conviene analizar si se está en medio de una relación tóxica, pero ese ya es otro tema.

Pienso que simplemente merecemos a alguien que nos ame incondicionalmente y podamos darle lo mismo; merecemos alguien compatible con nosotros, alguien con quien compartir en armonía el camino de aprendizaje llamado "vida" por el tiempo que dure, quien te acepte tal y como eres hoy y que tu puedas ofrecerle la misma incondicionalidad... Simplemente eso.


Si tratas con resentimiento, odio y desprecio a tus antiguas parejas -ya sea mental, emocional, verbal o físicamente- estarías cosechando semillas malas, almacenando agua sucia en tu corazón. Agua que contamina las presentes y futuras relaciones y que vienen de vuelta a ti como un boomerang. 

Reconocer que cada uno dio lo mejor de sí, asumir tu responsabilidad sobre lo que no funcionó entre ambos y aprender las lecciones que te dejó (Lecciones espirituales y emocionales, más que sociales) hace que superemos más rápido y mejor esas situaciones.

Honrar a tu antigua pareja es entender que él o ella actuaron en base a las emociones que estaba experimentando -como a todos nos pasa- y que, como dije anteriormente, cada quien dio lo mejor que podía dar en esa relación. Por eso, se merece tu comprensión. Sino dio lo que tu esperabas, es porque no lo tenía, así como tú no tenías eso que quizá esa persona esperaba de ti.

Darle el debido reconocimiento te permite crecer ante lo sucedido y no construir sobre escombros, que al final lograrías una edificación frágil e insegura. Recuerda que todo es energía, lo que sientas por esa persona te envenena o vivifica a ti. 

Honrar a la pareja anterior constituye varios pasos adelante en tu evolución, ya que trasciendes el ego, aprendes que todos somos vulnerables y que tenemos derecho a equivocarnos, que todo lo que sucedió tenía que pasar tal cual para que pudieran llegar a ti las lecciones que te corresponden y dejas el paso libre para nuevas y benditas experiencias. Tu antigua pareja fue un maestro para ti, así como tú lo fuiste para él o ella. Falta que decidas comprender las enseñanzas, sino lo haces, la vida te repetirá la lección hasta que lo hagas, inclusive si es necesario cambiar de maestro. Una vez aprendida la lección, pasarás de grado así que te queda cerrar el viejo libro y comenzar uno nuevo.

Para sanar el vínculo con la antigua pareja: "Lo siento, para mi también fue muy dificil. Yo te amé mucho. Lo que te regalé te lo di con gusto. Tú también me has dado mucho y eso lo honro y lo guardo en mi corazón. Por lo que no funcionó entre nosotros yo asumo mi parte de responsabilidad y a ti te dejo la tuya. Y ahora te dejo en paz"
Párrafo tomado del blog Despertar y Crecer de María Guadalupe Buttera.