lunes, 21 de enero de 2013

Un post especial para las mujeres casadas. #RelacionesSanas #Apego

Por Sanaa Vanessa Saab.-

Pude ver mi reflejo de hace meses atrás en una joven de 18 años que afirmaba con convicción que cuando la mujer se casa es para únicamente dedicarse a su esposo y a su hogar. Discutiendo el tema, la conversación se convirtió en un debate bilateral entre ella y yo, que muy serias defendíamos nuestros contrarios puntos de vista, sin llegar a la enemistad por supuesto. 

Cuando nos casamos, las mujeres seguimos siendo seres humanos con necesidades, aspiraciones, con proyectos, gustos y metas. En los tiempos de antes la mujer se casaba y se olvidaba de sí misma, no se planteaba proyectos y si lo hacía, los abandonaba. Vivía para alguien más, lo que ocasionó y sigue causando en ellas falta de entusiasmo, de alegría ¡de vida! Además contribuye a alimentar el apego. Y todo esto queridos lectores se nota a leguas cuando vemos amas de casa con bajos estados de ánimo, "sin tiempo para ellas", preocupadas y nerviosas de que todos lleguen a casa y previo monitoreo diario, con depresiones (muchas veces disimuladas)... El caso es que por cultura, machismo o costumbre, la mujer no se da el trato que merece y el resultado sigue siendo el mismo: Mujeres apagadas, relaciones tóxicas...

Amigos, en una relación sana no nos esclavizamos, no nos sacrificamos, no nos minusvaloramos... En una relación sana cada uno de los miembros se ocupa de estar bien emocionalmente, se respetan y consideran para poder hacerlo con su compañero de vida. En un matrimonio sano existen tres lugares: Yo como individuo, la pareja también como individuo y la relación como entidad; y para cada una de esas figuras debe haber tiempo y espacio. Están compuestos por un par de adultos sabios que decidieron unirse para acompañarse en el camino de la vida en armonía, más no fue una unión a conveniencia "El quería hijos y alguien que lo atendiera..."Cuando nos dedicamos exclusivamente al otro y nos olvidamos de nuestra esencia y requerimientos, desde la devoción o el sacrificio, nos estamos encargando de alimentar  el apego, mientras nos secamos por dentro.


Es comprensible que una recién casada no tenga más aspiraciones que dedicarse por completo a su relación, a su hogar, pero es sano realizar alguna actividad para evitar fomentar el dañino apego. Al realizar actividades que nos gusten, que nos motiven, nuestro estado de ánimo será óptimo, vibramos en otra frecuencia, nos volvemos más positivos, enérgicos y alegres, se amplía nuestro foco visor de oportunidades y probabilidades, nos olvidamos del estrés, dejamos de vivir en función del otro, más si vivimos a plenitud y por lo tanto eso mismo daremos a nuestra pareja. Nuestra relación y familia estarán en esa misma sintonía.

El equilibrio consiste en respetarnos y tomar el lugar que nos corresponde en nuestra vida, en el aquí y el ahora. ¿Si no eres prioridad en tu propia vida, crees que en vida de otros lo serás? Hacer en nuestra agenda un lugar para nosotros, donde podemos realizar alguna actividad que nos llene, que nos provea de alegría y que contribuya con nuestro bienestar y crecimiento. Hacer un lugar para compartir en pareja, donde se puedan escuchar, divertirse, relajarse, crecer, conectarse... Si hay hijos, disponer de tiempo para compartir en familia. Y por supuesto, dejar espacio para realizar las ocupaciones que nos correspondan como amas de casas.


No importa lo que hagas, pero ¡que te guste! ¿Desde hace mucho querías escribir un libro? ¿Dejaste un cuadro por la mitad? ¿Haz pensado en un postgrado o tal vez emprender el negocio de tus sueños? ¿Te apasiona la repostería? ¿Te gustan asistir a talleres, quizás el yoga? ¡Hazlo! Siempre se consigue tiempo para lo importante, ¡y en tu vida lo eres más que nadie!

NOTA:
Este estilo de vida, de relaciones, donde se dispone de tiempo y espacio para cada uno de los miembros y a su vez de la entidad: Pareja; es el enemigo número 1 del apego y las relaciones tóxicas.


Ocupémonos de nosotros mismos para estar bien y poder brindar lo mejor, porque nadie puede dar lo que no tiene.