martes, 21 de agosto de 2012

ESPEJOS Y CONTROLES Parte II


Pero estas personas tampoco es que sean lo peor de la humanidad, nada de eso. Son las personas ideales para afrontar situaciones conflictivas y salir airosas. Tienen el coraje y los “guáramos” para enfrentar a sus oponentes con un temple admirable. Son personas fuertes aún en su carencia. Por eso estoy segura de que nuestras debilidades nos proveen de fortalezas... Si tan sólo pudieran llenarse a sí mismas de AMOR… De seguro no perderían su templanza, porque el AMOR es el mayor antídoto de fortaleza y no necesitamos buscarlo en el otro. Llevamos en nuestro interior una pequeña y poderosa parte que DIOS nos obsequió de él. Nuestras almas, pero no sólo para guiarnos… DIOS es AMOR, y si llevamos una parte de él, también tenemos AMOR en nuestro ser. Debemos ser conscientes de que somos seres completos. DIOS no hace creaciones imperfectas…



Cuando estés sintiendo dolor, rabia, desolación recuerda la anécdota de las Zanahorias, los huevos y el café y decide quién quieres ser a pesar de las circunstancias:


"Zanahoria, Huevo o Café.....
Una mujer joven, que tenía apenas un par de años de estar casada, se quejaba con su padre de como la trataba la vida y que, de plano, las cosas le resultaban tan difíciles, que no sabía cómo hacerle para seguir adelante y decía: "Estoy a punto de darme por vencida. Estoy cansada de luchar y ver que cuando casi salgo de un problema, aparece otro peor o más grande." Su padre que era un reconocido Chef, le pidió que la acompañara a su lugar de trabajo. Una vez ahí le pidió a su hija le ayudara a poner en las parrillas, a fuego alto, tres ollas con agua, en tanto el preparaba una limonada. Ambos terminaron casi al mismo tiempo, así que el padre, sirvió dos vasos con limonada y llevó a su hija a mostrarle las instalaciones. Al regresar a la cocina, el agua casi hervía, así que procedió a colocar en una olla zanahorias, en otra puso huevos y en la tercera granos de café. Luego abrazó a su hija y le dijo lo mucho que la quería a la vez que recordaba con ella, tantos momentos felices de cuando era niña. Minutos más tarde el hombre llevó a su hija junto a la estufa y le pidió apagara el fuego de las tres parrillas. Mientras el chef procedía a retirar las ollas de las parrillas, la hija trataba de adivinar lo que su padre hacía. Lo vio colocar las zanahorias en un recipiente, los huevos en un plato y por último sirvió el café en una taza a la vez que le decía: -¿Puedes decirme lo que ves? La hija le contesta: "Zanahorias, huevo y café." La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un par de huevos y los rompiera. Al quitarle el cascarón notó que los huevos estaban duros. Luego le pidió que probara el café. La hija sonrió mientras disfrutaba del rico aroma del café. Después de un par de tragos, la hija humildemente preguntó: "¿Qué significa esto, padre?" Él le explicó que los tres alimentos habían enfrentado la misma adversidad: Agua hirviendo, pero los tres habían reaccionado de manera distinta y explicó: -La zanahoria llegó al agua siendo fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, suave, fácil de deshacerse. El huevo llegó al agua siendo frágil, su cascarón fino protegía su interior líquido; pero después de entrar al agua hirviendo su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos; después de estar en el agua hirviendo había cambiado al agua. Ahora hija mía dime. ¿Cuál eres tú? Cuando la verdad llega a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Cómo eres tú? ¿Eres como la zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? O más bien. ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, con un espíritu fluido, pero, después de una muerte, una separación, un divorcio, o un despido te has vuelto dura y rígida? ¿Por fuera te miras igual, pero eres áspera y amargada con un espíritu y un corazón endurecido? O. ¿Acaso eres como el grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor.
¿Como cuál de estos tres te comportas ante la adversidad?"