1. Se la pasa malhumorada o estresada. Cualquier situación inesperada le desestabiliza o altera.
2. Vive desde la queja. Suele culpar a otros de las situaciones o resultados obtenidos. Le es fácil juzgar y criticar a los demás
3. Su enfoque es negativo. Nada es suficientemente bueno para él/ella. Todo es gris y vive esperando a que las cosas cambien por sí solas.
4. Suele ser despectivo al hablar. Es totalmente normal escucharle decir cosas como "eres un inepto" "no sirves para nada" "no tienes potencial"... etc.
5. La manipulación es algo natural en esta persona.
Al leer estas señales seguramente te llegaron varias personas a la cabeza ¿Ahora qué sigue? Si son lejanas fácilmente podrás evitar el contacto, más si se trata de seres importantes para ti o que conviven contigo, puedes sentir la situación algo complicada.
En mi opinión no necesariamente hay que darle la espalda a las personas tóxicas.
Lo primero que debes tener presente es que no puedes cambiar a las personas, lo que si puedes es decidir cómo sus acciones o actitudes te afectan a ti. Se lee fácil -lo sé- más es un trabajo personal diario que confiezo, aún ando en la práctica. Y lo que más me ayuda cada vez que me choca una manifestación tóxica de alguien es repetirme: "Nada tiene que ver contigo... No ha logrado su paz interior."
Por otra parte, es bueno acudir a nuestra humildad y recordar que hasta cierto punto somos espejos y conviene hacer retrospección para darnos cuenta de nuestros aspectos tóxicos. De esta forma, lo que me molesta del otro, lo miro en mi. Todo conspira para nuestra propia evolución y tal vez sirvamos de inspiración a esas personas tóxicas que amamos para que logren su cambio personal mientras nosotros obramos en el nuestro.
Todo tiene sus límites: Es importante que sepas que una persona con una autoestima saludable no tolera acciones que menoscaben su integridad.
Por una vida plena.
Sanaa Saab,
Líder Internacional de Autoestima, Coach de Vida.
