• Confía en el mañana, es claro que el divorcio trae consigo profundo dolor y en ocasiones está acompañado de sentimientos de angustia y desesperación, pero si siempre tenemos en cuenta que todo pasa y que después de la tormenta llega la calma, podremos sobrellevar el día a día.
• No estás solo, ten presente que tienes razones para estar bien, apóyate en tu familia y amigos más queridos.
• Reencuéntrate contigo mismo, recuerda cuáles son esas cosas que disfrutas hacer y que forman parte de tu identidad, independientemente de si tienes pareja o no.
• Concéntrate en tus emociones y bienestar, tú no estás a cargo de "hacerle pagar..." o "hacerle caer en cuenta de..." a la otra persona, por lo que trata de cerrar el cuaderno, mirarte a ti y seguir adelante.
• No te tortures con preguntas que por el momento pueden no tener respuesta, acepta tu situación actual y procura estar lo mejor posible.
• No creas en la expresión popular "un clavo saca a otro clavo", necesitas tiempo para reparar tus emociones y construir una nueva vida.
• Evita tomar decisiones trascendentales en medio del conflicto, tómate un buen tiempo antes de definir si vas a vender una propiedad o a realizar un negocio.
• No discutas o pelees delante de tus hijos, las discusiones y peleas son asunto de los adultos, los niños no deben presenciarlas ni conocer su contenido.
• Reafírmale a tus hijos que sus padres los aman, también es un momento difícil para ellos. Una persona puede cometer errores como pareja y aún así ser un buen padre o madre.
• Si todavía no estás en condiciones de comunicarte con tu ex pareja, hazlo a través de un tercero que esté dispuesto a colaborar con el tema. Tus hijos no son los encargados de llevar mensajes o hacer cumplir los acuerdos económicos y de visitas.
• Un divorcio también puede ser visto cómo el paso a otra etapa, contempla la posibilidad de recibir acompañamiento profesional y asistir a un proceso terapéutico, verás todo lo que te puede ayudar
Fuente: http://psicologia-terapias.blogspot.com/2011/10/se-puede-sobrellevar-la-ruptura-de-una.html
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