martes, 30 de octubre de 2012

MEDITAR CON EL CORAZON


LA MEDITACIÓN CENTRADA EN EL CORAZÓN
Desde siempre el corazón me ha hechizado. Muy pequeña aprendí que era el lugar desde donde se amaba a Dios y a las personas.
En los últimos años la práctica de la meditación se ha puesto de moda. Esto es así porque la ciencia ya escribió mucho sobre sus beneficios no sólo a nivel mental, sino también espiritual. Inclusive en los Estados Unidos hay un pueblo en Iowa hay una ciudad llamada Maharishi Vedic muy nueva, fue incorporada como ciudad el 25 de julio del 2001 como modelo de una ciudad ideal para la vida.
Meditar es calmar la mente, el mundo interior, el corazón. Hay muchos tipos de meditación así como hay muchos tipos de oración. Conozco muchas formas de ambas. En el área de la meditación he practicado el zen y shambala entre otros. Por ello llegar a la meditación centrada en el corazón originada en los Estados Unidos por las enseñanzas espirituales de Inaya Khan fue una experiencia totalmente nueva para mí. Encontré verdadero sentido al hacerlo y dado que el corazón es mi pasión, desde entonces es parte de mi práctica integral de vida. He tenido la dicha de ser entrenada directamente por los fundadores del Instituto de Meditación Aplicada, Puran y Susana Bair. Ambos brillantes científicos y personas de un corazón enorme.
¿Cómo es meditar con el corazón?
La diferencia entre la meditación zen, otro tipo de meditaciones y la meditación centrada en el corazón es esa. La persona que medita se centra exclusivamente en su corazón para sanar, aclarar, crecer, ser sabio, tener paz, y manifestar las cosas que desea para su vida.
No es este un simple trabajo con la energía. Es genuinamente meterse a nadar en el océano interior del corazón, de uno mismo y desde ahí encontrar quién es uno, el sentido de su vida, sanar heridas que se encuentran a nivel emocional.
Método en 4 pasos:
  1. medi-coraz
    Siéntate en una silla dura y de preferencia sin respaldo con la columna vertebral recta y la cabeza como sosteniendo una corona.
  2. Apoya tus pies firmemente en el suelo y tus manos descansando con las palmas hacia abajo sobre las piernas.
  3. Ahora empieza a respirar lentamente hasta 8 o hasta que sientas que tus pulmones están llenos de aire.
  4. Ahora piensa en tu corazón, míralo y repite una frase como Yo soy amor. Sostén la respiración hasta que ya no puedas más.
  5. Empieza a exhalar lentamente contando hasta 8 e inmediatamente reinicia el proceso de inspirar hasta 8. Repite este proceso durante 20 minutos todas las mañanas después de ir al baño.
  6. Piensa en algo que quieres llevar a la meditación que este relacionado con tu vida diaria y dí tu intención. Ejemplo: en mi meditación de esta mañana quiero pedir paciencia. Otro ejemplo: en mi meditación de esta mañana quiero pedir sabiduría para un cambio de trabajo. Ejemplo: la manifestación de mayores ingresos.
Lo importante y para que se vea una notable transformación en tu ser es que hagas la práctica todos los días a la misma hora. 20 minutos en la mañana y 20 minutos en tarde.
Abrazos de corazón a corazón.

 FUENTE: inspirulina

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