Esta fue mi tarea de unas semanas
atrás: Estar 100% disponible para mi y en mi vida.
Muchas veces solemos estar en
cuerpo mas no presentes en alma y mente, por estar pensando en el pasado o el
futuro. Estamos pendientes de como se sintió Susanita y del problema de Pedro;
de las fotos del instagram y de lo que quiere el perro, pero no en lo que
siento YO ni en lo que quiero YO, ni de los cambios que preciso... Hemos
desaprendido el buen hábito de hacernos compañía a nosotros mismos, de brindarnos
unos oídos que escuchen nuestros más silenciosos anhelos o dolores y de
ofrecernos un abrazo cuando nos sentimos apachurrados. Vivir en función de los
demás es una forma de vivir por justificación y no con responsabilidad.
El mayor compromiso que tenemos
en la vida es con nosotros mismos, con nuestro bienestar y felicidad. Para
asumir el 100% de disponibilidad, debemos desaprender el hábito de mirar en las
direcciones equivocadas: Atrás (pasado), Adelante (futuro), Afuera (los demás).
Debemos enfocarnos en nuestro interior, en el aquí y el ahora. A veces sentimos
temor por los cambios “repentinos” de la vida y todo el tiempo estamos pensando
y planificando el mañana, pero por naturaleza Divina, los seres humanos tenemos
vista periférica y somos capaces de observar a lo lejos, aún estando enfocados en
nuestro plano más cercano (Unos vistazos de vez en cuando al futuro, son
suficientes) Además, si te concentras en el presente es seguro que notes los
pequeños cambios que generan esos grandes “improvisos” y poder ponerte en
acción, ya que éstos no se dan de la noche a la mañana, son el resultado de
pequeños cambios cotidianos que generalmente no se notan por no estar 100%
disponibles en el presente.
Algunas sugerencias:
1. Estar
atento a tu niño interior cuando se sienta herido, escucharlo y mimarlo.
2. Tomar
la iniciativa de salir “solo” a degustar un postre o a pasar una tarde al aire
libre “sólo… Con un libro”
3. Tomar
diariamente un tiempo exclusivo para estar contigo. Puedes meditar, ir al gym, un
masaje, a pasear, etc.
4. Concéntrate
en el aquí y el ahora: Si estás laborando, enfócate en tu labor. Si estas
comiendo, compartiendo con tus hijos o en el cine dedícate en mente, cuerpo y
alma a eso.
5. Si
te ataca una vieja historia aplica una de las herramientas de PNL: Dale forma a
esa historia y deshazte de ella. Ejemplo: Imagina que es un reproductor y le
bajas volumen hasta 0.
En la medida que aprendas el arte
de estar contigo mismo, estarás aprendiendo el arte de estar con los demás.
Cultivamos relaciones sanas, empezando por la relación con uno mismo.
Por: Sanaa Vanessa Saab Saab
@Vanessa_Saab
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